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sábado, 19 de enero de 2013

Mora pone arriba a River en el Superclásico

El uruguayo marcó de cabeza para los de Ramón Díaz, que eran superiores en el complemento. Boca no muestra reacción y le cuesta mucho arrimarse al arco de Barovero.



Con el gran atractivo en cada uno de los bancos de suplentes, a las 22.10, Pablo Lunati pitó el inicio del primer Superclásico de 2013. En Mar del Plata, de movida, los flashes se los llevaron los DT, Carlos Bianchi por el lado de Boca y Ramón Díaz, por River.
De movida pareció más ofensivo Boca, con la clara intención de jugar en campo rival. De hecho, a los 2 minutos, una corrida de Acosta obligó al retornado líbero Adalberto Román a salir lejos y descubrir su zona, lo que forzó a que Carlos Sánchez cerrara de apuro cuando el centro del ex Lanús buscaba a Silva. Pasados los 5, un cabezazo del ex Vélez se fue no muy por arriba del arco de Barovero. El fútbol de los de Bianchi salía de los pies de Ledesma, Paredes y Erviti.
A River le costaba hacerse de la pelota, por lo que en lo que generar juego era parecido a una quimera. Algo similar se veía al ciclo de Matías Almeyda como DT: el peso de armar juego recaía sobre Ponzio. Y encima, cuando Barovero intentó apurar una contra con Mauro Díaz, una durísima entrada de Franco Sosa cortó el intento en el medio campo. Si bien Lunati amonestó al ex Racing, la roja no hubiera parecido un desacierto del árbitro.
Sobre los 20, River se sintió cómodo por primera vez, ya que pudo contratacar. Mora recuperó la pelota y salió disparado, frenó, aguantó, se la cedió a Sánchez y el centro cruzado del uruguayo, que buscaba a Vangioni y Funes Mori no pudo ser conectado por ninguno. Sin embargo, Boca tuvo la más clara a los 24, cuando Paredes con una linda habitación dejó a Silva mano a mano con Barovero, que se lució al achicar y tapar el remate cruzado del uruguayo. Para River, en la siguiente, lo perdió otro uruguayo, Rodrigo Mora, luego de un desborde de Bottinelli.
La segunda etapa comenzó como culminó la primera, con River siendo algo más. Mauro Díaz estaba enchufado y antes de los 5 rompió en velocidad por el medio. Antes de llegar al área le dejó la pelota a Ponzio, que probó de afuera y se le fue alto. Boca continuaba impreciso, sin que Paredes pudiera convertirse en la manija que aporte algo de claridad. La contra seguía siendo una de las armas que los de Ramón mejor blandían. Sobre el cuarto de hora, una corrida de Sánchez por izquierda terminó en un cambio de izquierda a derecha hacia el área de Orión. De aire, sin pararla y de modo defectuoso remató Mora. La pelota salió desviada.

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