Pólitica. El intento de los fugados de llegar a alguna frontera.Los Lanatta y Schillaci lograron llegar hasta el sur de esa provincia por caminos rurales. Estaban vestidos de policías, al ser descubiertos hirieron a dos gendarmes y se escaparon.
La cinematográfica búsqueda de los tres prófugos del Triple Crimen de General Rodríguez tuvo ayer otra jornada bisagra. Durante la madrugada se detuvieron otras cinco personas en la zona sur de la provincia de Buenos Aires vinculadas con la fuga por pedido de los fiscales provinciales que intervienen en el investigación. Pero la secuencia clave ocurrió al sur de la provincia de Santa Fe.
Cerca de las 7.30 de la mañana, un comando de la Gendarmería llegó hasta ese lugar. Horas antes, el juez federal Sergio Torres había firmado tres órdenes de allanamiento a partir de datos certeros que aportó la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) (Ver página 6). Mientras se realizaban los operativos, los tres prófugos, Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci, intentaron fugarse a bordo de la Renault Kangoo, patente NCA960, que pertenecía a Elvira Susana Martínez, la ex suegra de Martín Lanatta. Dentro de ese vehículo fueron hallados dos teléfonos celulares que, ahora, serán peritados. Los prófugos se cruzaron con dos gendarmes. Hubo un feroz tiroteo. "Los sorprendieron porque los tres estaban vestidos de policías" confirmó anoche a Clarín una alta fuente del Ministerio de Seguridad.
Los prófugos se habían refugiado en una deteriorada vivienda campera, cerca de la ruta provincial número 6. En el lugar había una garrafa, algunas frazadas, papel higiénico, restos de comida, vasos, platos y otros utensilios de cocina, además de bidones de agua.
En el primer enfrentamiento, en un camino rural entre San Carlos Norte y Gesler -dos localidades del oeste de la provincia de Santa Fe- resultó herido un gendarme en un brazo. Este efectivo, un rosarino de 44 años, ratificó en el Hospital Suchón, de San Carlos Centro, que hizo contacto visual con los tres presos, que dispararon con un FAL, tal como había ocurrido en el tiroteo de la localidad de Ranchos, en la madrugada del 31 de diciembre.
Los prófugos decidieron cambiar de auto y se llevaron una camioneta de la Gendarmería, una Berlingo blanca. A partir de ese momento comenzó un raid de película que continuaba anoche.
Cuando cayó el sol, las fuerzas de seguridad comenzaron a utilizar cámaras térmicas para intentar ubicarlos entre altos maizales. "Estamos muy cerca", repetían anoche los investigadores. Nadie se animaba a decirlo on the record.
El segundo tiroteo se produjo cerca de las 10 de la mañana: los prófugos se cruzaron otra vez con la Gendarmería por un camino rural, pero entre San Carlos Sur y la localidad de San Agustín. En ese enfrentamiento también resultó herido un integrante de esa fuerza con disparos en una pierna y en el abdomen. Ese efectivo, identificado como Walter Aguirre, de 31 años, debió ser intervenido quirúrgicamente en el Hospital José María Cullen de Santa Fe. A partir de ese momento, los prófugos habrían escapado a pie.
A la hora del segundo tiroteo, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich estaba al frente de la ceremonia de la puesta en cargo del Director Nacional y Subdirector de Gendarmería, Comandante General Gerardo José Otero y Comandante General Federico Eugenio Sosa. La funcionaria se enteró de los detalles y se retiró junto al secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco.
Una fuente policial de Santa Fe a la que pudo acceder Clarín se lamentaba anoche por el tiempo que se perdió entre los hechos y el aviso que se hizo. "Tomamos conocimiento recién a las 9.15", apuntó. En esa primeras horas de la mañana, en medio del caos informativo, se dieron datos como versiones que fueron desestimados y otros confirmados. En ambos casos el desorden informativo pareció conspirar hasta con los propios investigadores del caso, que no emitieron ni unificaron un comunicado oficial.
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