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sábado, 28 de julio de 2012

Francella y Cabré estrenan “¡Atraco!”, coproducción con España

El jueves se estrena en todo el país “¡Atraco!”, una coproducción entre y , que acaba de ser elegida para la sección oficial, fuera de concurso, del próximo  de San Sebastián.

Tiene como figuras centrales a los argentinos Guillermo Francella, Nicolás Cabré y Daniel Fanego, y a la española Amaia Salamanca.
“Películas con estas características, por la crisis que está viviendo en este momento, no creo que sea sencillo  a rodar en breve tiempo, y cuando la estábamos filmando en los estudios de Alicante nos contaban que en ese momento sólo se estaban rodando dos películas”, asegura Francella a Télam, listo para el  y para  en septiembre a la costa vasca.

La historia de la película se remonta a mediados de la década del 50´ y surge a partir de una noticia aparecida el 10 de mayo de 1956 en el  ABC que tituló en su página 47 “Del atraco en una joyería de la Avenida José Antonio”, a propósito del asalto que la jornada anterior había tenido lugar en la tradicional joyería Aldao, en la Gran Vía, uno de los  más antiguos y emblemáticos de Madrid.

Allí, dos  disfrazados como integrantes de la fuerza aérea, armados y al grito de “Esto es un atraco” irrumpieron en el lugar para llevarse como   exhibidas en la vidriera y otras celosamente atesoradas en la oficina del dueño.

Poco más tarde, los dos implicados “del otro lado del Atlántico” fueron apresados y condenados a toda velocidad. Hasta aquí, la historia que sirvió al argentino  Figueras, y los catalanes Pedro Costa, Piti Español y el director Eduard Cortés para idear “¡Atraco!”, un thriller ambientado en la  de mediados de la década da del 50´.

La historia relaciona estos hechos con  que fueron de Eva Duarte y la necesidad de Juan Domingo Perón en su exilio de empeñarlas.

Fanego compone a Landa, uno de los asistentes de Perón en , que pide colaboración al jefe de seguridad del líder, Merello, interpretado por Francella, quien a su vez busca apoyo en Miguel, encarnado por Cabré, en este caso un principiante y de poca monta que resultará demasiado inocente y principalmente torpe para resolver el encargo con éxito.

“Fue muy movilizante hacer este personaje, vi sólido el guión desde un inicio", explica Francella.

Para el actor argentino se trata de su segunda incursión en el cine extranjero, después de su rol en la película mexicana “Rápido y cursi”.

“Soy Bart Simpson, estoy quince horas todas las semanas por Telefé”, dice Francella en tono jocoso a propósito de sus múltiples apariciones con los unitarios “Casados con hijos” y “El  de tu vida” y explica, en diálogo con Télam, que más allá de sus papeles dramáticos en “El secreto de sus ojos” y ahora el de “¡Atraco!”, ama las  y seguro volverá al, incluso en el cine.

“Leo mucho , y todavía no aparece algo que me convenza. En cine, para 2013, ya tengo dos películas en carpeta, hasta ahora sólo proyectos, pero muy en firme”, asegura acerca de su futuro profesional que, por ahora no incluye más , explicó el actor que propuso a Cabré como su socio de aventuras en este filme que se estrena en Argentina antes que en España.

“Fuimos muy bien tratados por Cortés y lo que van a ver es un director con mucho oficio, que nos ayudó a sentirnos muy bien durante las semanas que tuvimos de prueba de  y ensayo y de rodaje, que fueron muy intensas. Cortés nunca fue al set a improvisar”, explica el actor, que con este trabajo llega a la cifra de 26 filmes.

“Mi personaje es el de un guardaespaldas de Evita, que de alguna forma quedó enamorado de ella aunque diga que a ‘las diosas se las adora, no se las ama’ con lágrimas en los ojos”, asegura el actor que después del filme de Campanella apareció en la mexicana “Rápido y cursi” y en “Los Marziano”, e hizo una breve aparición en “El vagoneta en el  de cine”.

Francella recuerda que “estuvimos en Madrid, en Valencia, en Alicante, Elche, Alcoy, hubo muchas cosas en esas ocho semanas, y la pasamos bien, cada uno sacando partido a sus ratos libres, por ejemplo yo me escapé a Galicia, aunque nos gustaba mucho ir a comer, porque allí se come como los dioses. Esperábamos que llegue la noche y comíamos...¡esos jamones!”, dijo con su típica combinación de  bien abiertos y expresión de asombro.
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