Sin ninguna esperanza de ganar, la ilusión de la Casa Rosada está puesta en tres ejes: que el candidato de La Cámpora, Mariano Recalde, gane la primaria kirchnerista (algo que todos descuentan) para consolidar a la agrupación de Máximo Kirchner en el armado electoral; que pueda arrebatarle el tercer puesto como candidato más votado al ex ministro de Economía Martín Lousteau, y el sueño mayor, que Gabriela Michetti se quede con el triunfo por sobre Horacio Rodríguez Larreta para poner en apuros a Mauricio Macri en su carrera presidencial.
Si ese combo se da, esta noche el Gobierno festejará el resultado de las elecciones porteñas a pesar de quedar muy lejos de Pro. Por ahora, apuestan a consolidar a Recalde, que, aunque fue uno más de los siete candidatos que tuvo el Frente para la Victoria en la ciudad, fue el bendecido por la Presidenta y todo el gabinete.
El otro foco de la Casa Rosada está puesto en Neuquén, donde aspiran a que el FPV haga su mejor elección de la mano de Ramón Rioseco, que podría dejar en el tercer puesto al candidato radical con bendición macrista, Horacio "Pechi" Quiroga.
Con Cristina Kirchner afuera en la última semana de campaña, el Gobierno apuntaló a Recalde con una pegatina de afiches que mostraron al titular de Aerolíneas Argentinas con la Presidenta. Dentro del gabinete, con la mitad de sus integrantes en la comitiva que acompañó a Cristina a Moscú, el único que se mostró con el postulante camporista fue el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, el lunes pasado, en un acto junto con Julián Domínguez, y el secretario general de la Presidencia, Eduardo "Wado" De Pedro. En busca de conquistar el corazón de la agrupación juvenil en su proyecto presidencial, Randazzo fue el primero en respaldar la postulación de Recalde y el jueves, al filo del comienzo de la veda electoral, tuiteó que para el kirchnerismo el joven era "quien mejor expresa el proyecto" que encabeza Cristina Kirchner. Del otro lado, Daniel Scioli se mostró menos involucrado en el territorio porteño, el distrito que lo vio nacer políticamente. Sólo envió a su mujer, Karina Rabolini, a un acto junto a Recalde y estaba en duda su presencia esta noche en el búnker. Quien sí irá es su jefe de gabinete, Alberto Pérez.
El resto del gabinete nacional ya comprometió su presencia en el NH Tango, el lugar en el que todos los candidatos del Frente para la Victoria esperarán los resultados. Los ministros nacionales, como Axel Kicillof, que tuvieron actos y fotos con Recalde, se quedaron atrás en esta última semana porque volvieron de Rusia recién el viernes, cuando ya había comenzado la veda electoral.
Hasta ayer, no estaba prevista la presencia de la Presidenta en el comando de campaña oficialista. Cristina se involucró a medias en estas primarias con la idea de marcar una fuerte diferencia con Macri, jugado de lleno por Rodríguez Larreta. Quien sí podría sumarse esta noche al búnker es Máximo, su hijo y líder de La Cámpora. Es la primera elección de peso para la agrupación juvenil insignia del kirchnerismo y se especulaba ayer con la posibilidad de que el mayor de los Kirchner se sume para hacer una evaluación de los resultados.
El Gobierno se conformará con que el Frente para la Victoria mantenga sus valores históricos en la Capital, con un piso de 20 puntos y un techo del 25. Con ese resultado, vivirán el comicio con alivio ante la posibilidad de meterse, en la primera vuelta del 5 de julio, en un futuro ballottage. Para entonces, en la Casa Rosada, sí esperan una mayor presencia de Cristina Kirchner en la campaña.
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