Lo hizo ante una corte de Nueva York. Ofrece que ingresen al canje de 2010. Cristina lo había rechazado de plano.
Finalmente, el Gobierno ofreció levantar la ley Cerrojo y abrir el canje de deuda para intentar revertir el fallo del juez norteamericano Thomas Griesa. La presentación que realizó el Ministerio de Economía ante la Cámara de Apelaciones de Estados Unidos contempla la posibilidad derepetir la propuesta de 2010 si la Justicia norteamericana revisa el reciente fallo que estableció que Argentina discriminó al 7% de los bonistas que no aceptaron las ofertas de 2005 y 2010.
Los abogados del estudio Cleary, Gottlieb, Steen & Hamilton, contratados por el gobierno argentino, presentaron ayer a primera hora el documento para intentar revertir el fallo. El documento de 69 páginas plantea, tal cual se rumoreaba en los últimos días e incluso como había anticipado la consultora que encabeza el hijo de Guillermo Moreno, que el Gobierno está dispuesto a levantar la ley Cerrojo y repetir la oferta de 2010.
Esto sólo se dará si después de la audiencia del 27 de febrero, Argentina obtiene un fallo favorable.
En ese caso, la propuesta sería la siguiente: los bonistas entregarían un título en default por US$ 100 dólares y recibirían un bono Discount por US$ 46, un Global 2017 por US$ 17,3 y un Cupón PBI.
“En una nueva reapertura del canje, el acreedor recibiría US$ 66,3 en nuevos bonos por cada 100 que entregue en títulos en default, más los cupones PBI con un potencial máximo a cobrar de US$ 30 remanentes tras el pago del 15 de diciembre”, explicó el economista de la consultora Econométrica Ramiro Castiñeira. La gran incógnita es cuántos bonistas efectivamente ingresarían si ya rechazaron las dos ofertas que hubo.
¿Cuáles fueron los argumentos esgrimidos por el Gobierno para intentar revertir el fallo?
Pagarles a los tenedores de bonos en default el 100% de los títulos -en algunos casos los compraron por monedas- implicaría darles un trato más favorable que a los que aceptaron las propuestas de 2005 o 2010.
Perjudicaría futuras reestructuraciones porque ningún bonista entraría a un canje con este antecedente.
Incrementaría la litigiosidad porque tanto los actores que intervienen en las operaciones.
Afecta a Nueva York como centro financiero porque se afectarían los derechos de terceras partes e incluso se incumplen las normas de los fideicomisos fiduciarios.
“La cuestión de fondo pasa por la interpretación del pari passu y el canje de 2010 es una fórmula de pago apropiada si se la fundamenta en ese sentido”, opinó el ex secretario de Finanzas, Daniel Marx. “Reabrir el canje es positivo porque transformaría 11.200 millones de deuda en default en una nueva deuda de US$ 4.200 millones y esto sólo representa cerca del 1% del PBI”, añadió Castiñeira.
Diferente fue la postura del economista y diputado del Frente Amplio Progresista, Claudio Lozano. “Con la reapertura los viejos problemas vuelven a aparecer porque se incrementa el stock de deuda sin realizar una auditoría pública sobre el endeudamiento”, dijo.
“El problema de fondo es con el relato porque todo sería muy diferente si el Gobierno intenta convencer a la Cámara resaltando lo beneficioso que fue el canje para los inversores que entraron”, agregó el economista de la UBA Patricio Merlani.
La presentación argentina de ayer fue precedida, unos minutos antes, por las del Banco de Nueva York y del Tesoro de EE.UU. Ambos apoyaron a la Argentina.
Fuente: Clarín
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